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viernes, 4 de mayo de 2012


más a fondo... EL TRABAJO TERAPÉUTICO CON LAS EMOCIONES...


La palabra emoción se puede definir como “e-moción” energía en moción, en movimiento.
Las emociones que generamos desencadenan reacciones fisiológicas por todo el organismo, entre otras: secreciones de diversas hormonas, liberación de neurotransmisores en el celebro y en el sistema nervioso, cambio en el ritmo cardíaco y presión sanguínea, ajuste en la respiración, y estimulación o supresión de la digestión y la  perístasis.
Si las reacciones emocionales son moderadas, bien equilibradas, no causan ningún daño y a veces incluso producen una estimulación positiva en el sistema orgánico-energético. Pero cuando una reacción emotiva se hace extrema y explosiva, y cuando se prolonga o se repite con frecuencia, causa una serie de reacciones fisiológica graves, que pueden dañar los órganos asociados y desequilibrar el sistema energético. Cuando esto ocurre en el cuerpo baja en nivel de energía de la capa protectora, bajan las resistencias y la inmunidad, y las emociones responsables se convierten en importantes causas de enfermedad, degeneración y debilitad.
Las emociones de la mente, entran en el sistema de meridianos corporales en forma de energía. Igual que  todas las formas de energía humana, las emociones producen profundos efectos fisiológicos en los órganos, glándulas y otros tejidos, a los cuales llegan a través de los canales energéticos en forma de un tipo de energía.
El trabajo que realizo en camilla, a través de la energía del Reiki, y entrando en una sinergia con el paciente, es la búsqueda del mapa emocional. Se trata de dejar aflorar las emociones (sea las reprimidas, que las que nos evaden conscientemente), revivirlas, sentirlas, ver lo que hay debajo de ellas, las imágenes, los recuerdos, llegando a tener una nueva mirada consciente, que nos permite colocar y aceptar. El entendimiento nos hace salir del victimismo.
El conocimiento del sistema energético de los órganos, con sus patrones emocionales, según la interpretación de la medina china (“Dragon rises, red bird flies” Leon Hammer) me ayuda a conformar el mapa emocional del paciente y su reflejo fisiológico.
La diferencia entre una terapia de tipo mental, y el trabajo que realizo con mis pacientes, es que mientras las primeras solo actúan a nivel mental, mi trabajo actúa también a nivel energético, cambiando los registros energético de nuestro sistema, restaurando el KI (energía vital).

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